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ll FESTIVAL INTERNACIONAL DE ARTE URBANO CIUDAD MURAL 

Ancla 1

Ciudad Mural fue la segunda edición del Festival de Arte Urbano que se realizó en la localidad de Puente Aranda en la capital. Este evento se basó en crear un espacio que fuera la sede del Distrito Grafiti, una zona en la cual, varias empresas prestaron sus muros sombríos, industriales y sin contenido patrimonial o arquitectónico, para crear obras cuyo contenido diera un diagnóstico preciso de la situación actual del mundo. Su propósito más que embellecer los muros de esta zona industrial, fue el de darle un valor a la prácticas artísticas, culturales y comunitarias del arte urbano que se maneja en Bogotá.

La idea de crear este Festival, nació de las experiencias locales e internacionales, en las cuales se ha reconocido que cuando se entablan diálogos entre el sector público y el sector privado, el sector artístico y la ciudadanía los proyectos tienden a triunfar. Cuando falta alguno de esos procesos puede que sean efectivos pero el resultado no será el mismo.

“La idea de traer murales a la zona industrial de Bogotá, es que el artista debe dialogar con el industrial para empezar a crear estas obras. Este distrito lo que trae es un desarrollo económico de la zona. Las tiendas venden más porque hay más personas en las calles. Y al haber tantas personas en las calles se eleva el tema de seguridad, adicionalmente a la creación de patrimonios visuales”, afirmó Camilo Fidel López, Director Artístico del Festival.

Al evento asistió un Line Up de 30 artistas, dentro de los cuales estuvieron artistas internacionales como London Police del Reino Unido, Esteban del Valle de Estados Unidos, Bikismo de Puerto Rico, Kenor y Pez de España, CMS de Venezuela y Flop de Brasil. Dentro de los cinco artistas nacionales que asistieron al evento estuvieron Señor Ok de Medellín, Puro Amor de Cali, De la Calle Colectivo de Manizales, Colorama de Pasto y los mejores artistas locales de la escena distrital.

El Festival no fue una camisa de fuerza en cuanto a los diseños y las piezas artísticas diseñadas, pues cada uno de los artistas tenía libertad para hacer su grafiti. Pero, bajo un lineamiento de tres temas básicos principales que fueron: mujer y perspectiva de género, Bogotá contrastada y cerros orientales, tránsitos de personas y relaciones con la naturaleza.

El Distrito Grafiti fue el resultado de 72 horas de lloviznas insoportables y arduo trabajo, una carrera contrarreloj en la que los artistas expresaron a través de sus grafitis, mensajes que demuestran que sus obras son más que un rayón en la pared.

“El gran reto que tenemos como país es ponerse en los zapatos del otro. En esa medida el grafiti te obliga a ver al otro y además, te obliga a verte a ti mismo en el momento de la apreciación de la obra. El grafiti permite concebir algo que pareciera extraño, y precisamente lo que falta en Colombia es esa posibilidad de concebir el pensamiento diverso, el del otro. Es ahí cuando pasas por un muro, y entonces lo ves, lo lees, lo percibes y lo sientes, y eso es vital para el proceso de reconciliación del país”, afirmó Camilo, refiriéndose al aporte que tiene el grafiti a la situación actual de Colombia. Al final, termina concluyendo con una frase que resume en gran medida lo anterior: “De cara a las nuevas realidades”. 

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